Hoy Samarah estrena ropa (aunque no se vea) y por eso la he hecho una sesión de la que dejo una foto.
A pesar de que he tenido mala suerte porque es imposible tensarla y estoy cerca de cogerla manía, me parece uno de los moldes más bonitos y con más personalidad de todos los que tengo.
Fue la muñeca más deseada de toda mi familia resinosa y para la que más me costó ahorrar.
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