Al principio ha sido horrible: había gente por todas partes, corrían de un lado a otro para verlas todas, empujaban, te pisaban ¡e incluso se bañaban en las fuentes! Eso me ha parecido fatal.
Yo estaba desilusionada y muy disgustada ante aquel panorama, no se veía nada y estaba agobiada. Por eso hemos decidido ir en sentido contrario a la masa humana.
He pagado el precio de no ver las fuentes funcionar, pero a cambio he disfrutado de un agradable paseo por los jardines del palacio.
He podido hacer un montón de fotos bonitas sin "cabezas" de por medio, sin empujones y sin prisas...
De esta manera la tarde se ha arreglado y he sentido que ha merecido la pena ir hasta alli y perder un día de estudio.
Creo que las fotos han salido muy bonitas, aunque aun no he podido estrenar mi cámara nueva, porque no tengo funda y me da miedo sacarla de casa sin proteger.
Cuando hemos llegado estaba muy nublado, parecía que iba a llover en cualquier momento, pero después ha salido el sol y hacía una temperatura muy agradable.
Me ha gustado el olor de los jardines, a resina y flores frescas, a recién regado. Lo tienen muy bien conservado.
Me he llevado una gran sorpresa al ver cómo un ciervo cruzaba corriendo entre los árboles.
He recordado a los arquitectos de jardines del Barroco y muchas de las cosas que explicó mi profesor en clase, aunque me hubiese gustado saber más cosas y poder explicárselo a mis padres.
En resumen: lo que comenzó siendo una pesadilla surrealista se convirtió en una bonita excursión a un lugar precioso ^__^
En resumen: lo que comenzó siendo una pesadilla surrealista se convirtió en una bonita excursión a un lugar precioso ^__^
Besitos, noctámbulos.
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